La recogida de la uva en Bodegas Ayagar se lleva a cabo, en su mayoría, en viñedos propios, lo que nos permite ejercer un control minucioso sobre todo el proceso, desde el inicio del ciclo vegetativo hasta el momento óptimo de recolección. Esta supervisión continua nos asegura obtener una uva de excelente calidad, garantizando que cada cosecha conserve las características únicas que definen nuestros vinos.
Nuestra producción se centra en dos variedades principales: el Tempranillo, ampliamente reconocido por su estructura y equilibrio en los vinos tintos, y el Viura, una uva blanca apreciada por su frescura y elegancia. Ambas variedades son cuidadosamente cultivadas en suelos privilegiados, donde las condiciones climáticas y geográficas favorecen el desarrollo de uvas con una personalidad excepcional.
Los viñedos están situados en una zona ideal para el cultivo de la vid, gracias a varios factores naturales que influyen directamente en la calidad del producto final. La altitud media a la que se encuentran, aproximadamente 400 metros sobre el nivel del mar, permite una óptima exposición al sol y una adecuada ventilación, factores clave para una maduración equilibrada de la uva.
Además, la influencia del valle del Ebro es determinante en el perfil aromático de nuestras uvas. Las nieblas frecuentes que se forman en la zona aportan un carácter distintivo a la fruta, intensificando sus aromas y otorgándole una mayor complejidad. Como resultado, nuestras uvas destacan por su perfil afrutado, su finura y su elegancia, además de presentar una excelente graduación alcohólica y un color vivo y atractivo.
Gracias a estos elementos, los vinos de Bodegas Ayagar reflejan la riqueza del entorno y el compromiso con la calidad, ofreciendo al consumidor una experiencia sensorial inigualable.